¿Porqué ha cambiado la estructura de nuestra boca con el paso del tiempo?
La evolución de la boca humana está intrínsecamente ligada a los cambios en la alimentación a lo largo de la historia. Durante millones de años, la boca y los dientes han evolucionado para adaptarse a las diferentes dietas que han prevalecido en diferentes períodos de tiempo. Estos cambios en la alimentación han influido en la morfología de la boca humana, incluyendo la forma de los dientes, la mandíbula y la estructura facial en general.
En los primeros humanos, los homínidos, la dieta consistía principalmente en alimentos crudos y duros, como carne, frutas, vegetales y nueces. Esta dieta rica en alimentos fibrosos y duros requería una mandíbula fuerte y dientes robustos para masticar y desgarrar los alimentos. Como resultado, los homínidos tenían mandíbulas grandes y dientes grandes y robustos, adaptados para triturar y procesar alimentos fibrosos y duros.
Con el tiempo, la dieta humana experimentó cambios significativos a medida que los humanos comenzaron a cocinar alimentos y desarrollar técnicas de procesamiento. La cocción de los alimentos permitió una mejor digestibilidad y extracción de nutrientes, lo que redujo la necesidad de una mandíbula y dientes tan grandes y robustos. Como resultado, la mandíbula humana comenzó a disminuir en tamaño y los dientes se volvieron más pequeños y menos prominentes.
La introducción de la agricultura y la domesticación de animales hace unos 10.000 años marcó otro hito importante en la evolución de la boca humana. La disponibilidad de alimentos procesados, como granos y productos lácteos, llevó a cambios en la morfología dental y facial. Los alimentos procesados eran más blandos y requerían menos esfuerzo de masticación, lo que llevó a una disminución adicional en el tamaño de la mandíbula y los dientes.
El desarrollo de la civilización y los avances tecnológicos posteriores, como la industrialización de los alimentos y la introducción de alimentos procesados y azucarados, han continuado influyendo en la evolución de la boca humana. La dieta moderna, rica en alimentos blandos, procesados y altos en azúcares, ha contribuido a un aumento en los problemas dentales, como caries y enfermedades de las encías.
Además, los cambios en la dieta también han afectado la posición de los dientes en la boca. La mandíbula humana ha disminuido en tamaño a lo largo de la evolución, lo que ha llevado a la falta de espacio en la boca para la erupción adecuada de los terceros molares, o muelas del juicio. Esto ha resultado en problemas comunes, como la impactación de las muelas del juicio y la necesidad de extracción dental.
En resumen, los cambios en la alimentación a lo largo de la historia han tenido un impacto significativo en la evolución de la boca humana. Desde una mandíbula y dientes grandes y robustos adaptados a una dieta rica en alimentos crudos y fibrosos, hasta una mandíbula más pequeña y dientes menos prominentes en respuesta a una dieta moderna rica en alimentos procesados y blandos, la morfología de la boca humana ha evolucionado para adaptarse a las demandas de la dieta humana en constante cambio.